*Por Edgard Granados
Hubo una época hace mucho tiempo, en los meros inicios del internet, en que las páginas web eran estáticas y unidireccionales es decir, la información solo la transmitía la propia página web y los usuarios éramos meros receptores de la información. En tiempos tecnológicos eso pasó hace muchísimos años, más o menos unos 20, pero luego comenzó a surgir una revolución nunca antes vista: las páginas web y la información en internet era bidireccional. Ahora los usuarios podían ingresar información y las páginas web respondían en función de las necesidades de las solicitudes de los usuarios, esto es lo que se conoce como web 2.0
Como todos los avances tecnológicos esto potenció otros avances porque así es como funciona el mundo digital. Resultado de la web 2.0, relativo a nuestro ámbito, era que ya no solo podíamos publicar mapas en la red sino que además los usuarios podían interactuar con estos mapas e incluso modificarlos, y más aún, debido al alcance del internet estos usuarios de los mapas digitales que además pueden modificar la información no son necesariamente expertos en Geomática, Cartografía y ramas afines.
Pues bien con base en la introducción ahora ya podemos aproximarnos a la definición de Neocartografía. Al buscarla en el diccionario de la RAE aún no se incluye su definición, sin embargo, podemos decir que Neocartografía es la aplicación de conceptos cartográficos y ramas relativas utilizando tecnologías de la comunicación y la información, en especial el internet, para generación de información cartográfica por medio de usuarios no especialistas en el área.
En palabras sencillas, la Neocartografía es la creación de mapas por personas que no son especialistas en hacerlo.
El concepto es realmente interesante en sí mismo, y se presta hasta para discusiones de tipo filosófico. ¿Cómo darle el poder de crear información geográfica a personas que no son especialistas en el área? ¿Cómo nos aseguramos que esa información de calidad? ¿Y si alguien con malas intenciones crea información incorrecta? Podríamos pasar discutiendo entradas y entradas sobre esto, pero los resultados prácticos nos dan una respuesta increíblemente certera: la Neocartografía funciona y funciona bien. Parece que el concepto de imperativo categórico de la ética kantiana se impone.
Todos conocemos ejemplos de Neocartografía aunque el concepto se nos haga nuevo. Por poner el más común y comercial de ejemplo mencionaré a Google Maps. Google Maps nos permite crear lugares que no existen en el mapa, de hecho me atrevería a decir que la mayoría de lugares de Google Maps aparecen ahí porque alguien los ha puesto no porque Google los haya creado. Además, tenemos la opción de corregir datos del lugar, desde su ubicación, teléfono, página web, horarios y hasta hacer una calificación. Lo cierto es que muy pocas veces, casi nulas, nos hemos encontrado con un dato erróneo en el mapa, y eso que toda la información ha sido creada por gente que de cartografía no sabe nada. El principio se basa en que aunque haya alguien que con mala intención cree una información falsa hay miles de personas mas que están dispuestas a corregir la información y por eso se mantiene correcta (imperativo categórico).
Lo siguiente, entonces, es hablar de otro de los pilares de la Neocartografía: los datos abiertos. Un tema muy delicado dependiendo del país desde donde nos leas. Mi experiencia personal ha sido contrastante: en El Salvador, y pensaría que en la mayoría de Latinoamérica, la información casi de cualquier tipo es privada, y con lo anterior me refiero a que a pesar de que haya sido creada y esté almacenada por organismos públicos, se vende. En España, por el contrario, tal como lo mencioné en la videoconferencia sobre Técnicas y Sistemas de observación de la Tierra, la filosofía es que la información que tienen organismos públicos es abierta al público porque de alguna manera ellos han pagado por ella con los impuestos y por tanto debe de estar accesible a todos.
Como sea para seguir la filosofía de que las personas no especializadas en Cartografía generen nueva información, la perfeccionen y actualicen, primero habrá que entregarle a la gente está información y si esa información se mantiene a secreta o para acceder a ella hay que pagar un coste entonces toda la idea de la Cartografía se cae.
Cuanta información e investigaciones se podrían realizar si la información cartográfica de nuestros países estuviera abierta al público. Considero, de manera personal, que mantenerla privada genera un coste muy alto para el desarrollo de nuestros países, no solo por la privación de información a los usuarios no gubernamentales sino también porque se da que incluso hay instituciones gubernamentales que repiten mediciones de información geográfica ya sea porque se desconoce qué otra dependencia gubernamental ya la realizó o porque, absurdamente, la otra dependencia no la quiere compartir porque se generó con fondos asignados para esa dependencia específica.
En nuestra próxima entrada vamos a hablar sobre diferentes iniciativas de Neocartografía y cómo colaboran a millones de personas sobre la base de los pilares que ya hablamos: entregar información abierta y gratuita a usuarios que no son necesariamente especialistas en el área.
- Levantamiento arquitectónico tradicional con apoyo de vuelo de dron para generación de planos arquitectónicos y modelado BIM en Wendys.
- Control de verticalidad Ventus
- Levantamiento Topográfico con Fotogrametría con Dron en Zurita
- Levantamiento Topográfico en la zona del Monumento a la Reconciliación e integración del Bulevar Monseñor Romero con Avenida Jerusalén
- Consultoría del desarrollo de mapas georreferenciados para la mejora de la gestión de iluminación pública, recolección de residuos sólidos y mercados en algunos municipios seleccionados.